Ya se ha terminado el master de cine para mí, y bien que lo siento, porque, a pesar de que hay bastantes cosas susceptibles de mejora, me quedo con unos recuerdos inolvidables de gente que ya conocía y que quiero un montón, y de nuevos amigos que espero lo sean para siempre. ¡Hala! Ya se me está poniendo la vena sentimental. Y eso que aún estoy en Valladolid.
Pues nada, que el teclado va a empezar a echar chispas con estas goteras. Que sólo espero que nos reencontremos algún día.
Pues nada, que el teclado va a empezar a echar chispas con estas goteras. Que sólo espero que nos reencontremos algún día.
Os quiero chicos (y a los que me faltasteis este año, y otra vez, no hace falta que os lo diga).