martes, junio 19, 2007

LES PARAPLUIES DE CHERBOURG

No sé que pasa ultimamante que todo el cine que veo es francés y está en francés (estoy aprendiendo un montón).
En esta ocasión se trata de una joya de Jacques Demy titulada Los paraguas de Cherburgo (1963). Drama musical enteramente cantado, con canciones que resultan familiares dentro de la memoria colectiva, y un uso realmente hermoso de los colores, la película puede parecer un tostón a simple vista, pero, una vez iniciada la proyección, no se puede apartar la vista de la pantalla.
A pesar de que la historia de amor y desamor no es nada nuevo a estas alturas, sí que lo es el uso y la presencia de ciertos temas que, allá por el año 1963, no estaban tan presentes. Me refiero al tema de la prostitución, por ejemplo, que se presenta de una forma bastante explícita y resulta extraño en un musical. Por no hablar de la guerra de Argelia, presente en determinados films franceses de la época, pero siempre cuestión espinosa (aún hoy se sigue planteando este tema en películas como Days of glory).
Catherine Deneuve está estupenda y el doblaje es asombroso: realmente parece que canten ellos. Excelente música de Michel Legrand, con esos toques de jazz que aportan originalidad, si bien los recitativos llegan a ser un poco monótonos.
Lo que más me gustó es el uso de los colores, sobre todo en el interior de las casas, con esos papeles pintados escogidos uno a uno por Demy.
No puedo evitar encontrar semejanzas con algunos films de Louis Malle, pero tal vez sea la deformación profesional que, a estas alturas, se impone a menudo.
Bonita película para lluviosa tarde de domingo.

jueves, junio 14, 2007

PARIS, JE T´AIME

Esta temporada va de cine e historias francesas. En este caso se trata de hacer un homenaje a la capital parisina, por medio de pequeñas historias que se van sucediendo según los barrios de los que se compone París.
Un elenco estupendo de actores conocidísimos dirigidos por algunos de los mejores directores del momento, dan forma a estas breves pero intensas historias empapadas del ambiente de la ciudad.
A pesar de que algunos frgamentos llegan a ser un poco monótonos según el estilo de su director (estoy pensando en Bastille, de Isabel Coixet), y que muchas de las historias se quedan en el aire y el espectador desea conocer un poco más, el film es hermoso en su conjunto y, sobre todo, muy entretenido. Recuerda ligeramente a Night on Earth (Jim Jarmush, 1991), por eso de los capítulos, con la diferencia de que en este caso se trata de 18 historias distintas unidas por una única conexión: el tópico de París como ciudad del amor.
Lo cierto es que me lo pasé muy bien viendo la película, y que la recomiendo enfervorecidamente. Merece la pena.

miércoles, junio 06, 2007

AÚN ESTOY AQUÍ

Bufff! Este no es mi mejor momento para publicar nuevos posts. Presento mi Trabajo de Investigación que tanto trabajo me está dando (nunca mejor dicho y valga la redundancia) el próximo día 27 y estoy que no puedo más. Apenas voy al cine, y en casa no apetece ponerse con más pelis de las necesarias para hacer el trabajo.
Sin embargo, la semana pasada me acerqué a las salas para ver Mi hijo (Mon fils à moi, Martial Fougeron). Tuve la gran suerte de que me la pusieran en V.O.S., y digo que me la pusieran porque estaba yo sola en la sala.
Según lo que había podido leer en alguna revista especializada, la película merecía la pena, sobre todo por el trabajo de la actriz protagonista, Nathalie Baye. Por eso me decidí a verla. Pero salí del cine un tanto indiferente.
La historia es buena en un principio (una madre ultraposesiva y totalmente obsesionada por su hijo, al que trata con desprecio y le exige demasiado, y a veces, le premia sin motivo), y los actores principales podrían ser peores, pero hay algo que no acaba de funcionar. Todo parece muy aleatorio, muy hecho a la buena de Dios. Podría ser de otra manera, pero es así porque sí. Por no hablar del final, totalmente absurdo. Si el estresado protagonista se hubiese suicidado podría haber mejorado el film (por lo menos te quedaría ese poso de darle al coco una vez finalizada la película).
Este es el fallo. Creo que el director no ha sabido transmitir la vida del niño, ni su relación con sus padres. Todo parece traído por los pelos, y no hay nada diferente. En definitiva, ahora entiendo por qué no había nadie más en el cine. Es que ni siquiera me gustó la casa, que ya había utilizado Haneke en Caché (2005).
Esta tarde iré a ver Paris mon amour, a ver que tal está. Ya os contaré (espero que en breve).