KLIMT (RAOUL RUIZ)

Un biopic más. Esa es la sensación que me queda al ver la última película de Raoul Ruiz, que cuenta los últimos momentos de Gustav Klimt, moribundo e internado en una clínica, mientras repasa de forma alucinada lo que ha sido el final de su vida.
Los inicios del film parecen prometer (sobre todo con escenas como la de la rotura del espejo en mil pedazos, recreando en ellos la atmósfera mágica que inunda los retratos pintados por el artista vienés, o con personajes como el de Midi, que parece salida de uno de sus cuadros), sin embargo, Ruiz pronto se pierde en una marea de confusos datos, que, a mi parecer, buscan demasiadas veces el referente de F for fake, de Welles. Todo lo que allí se ve es producto de la imaginación del cineasta, y no de Klimt.
Esperaba encontrarme con un mundo de colores y de formas modernistas, con un estudio más detallado de los numerosos personajes que enriquecían la cultura de la Vienay París (el choque de genios entre Klimt y Méliès podía haber sido más explotado) de principios de siglo XX, con una recreación fidedigna e interesante de la sociedad de la época...
Y el poso que me queda es que la película no está a la altura de un artista como Gustav Klimt.
Ni siquiera John Malkovitch está a la altura del personaje (¿qué me pasa, doctor?).