jueves, mayo 06, 2010

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS (ALICE IN WONDERLAND, TIM BURTON, 2009)




Los personajes de la película tomando el té muy bien avenidos.




Ya sabía yo que lo de las decepciones iba a ser la tónica habitual de este año cinéfilo. Tal vez no sea muy recomendable esperar ciertas películas con ansiedad pero, en algunas ocasiones, es inevitable (y ésta era una de ésas). Tim Burton tiene la culpa, ¡que le corten la cabeza!
Claro, una va tachando días, semanas y meses en el almanaque con la esperanza de no sentirse defraudada pero al empezar a escuchar noticias de refilón (a pesar de haber amordazado a ciertos amigos que, muy amablemente, se callaron sus opiniones por no condicionar a la que ésto escribe) y ver ciertas imágenes no puede reprimir un instinto animal que le dice que no va a salir satisfecha del cine. Y el instinto, que no es humano, no falla. Claro que no.

Aún así decidí cumplir un ritual importante para este tipo de cine de consumo masivo y, extremando las precauciones, acudí a una sala pequeña, en 2D (ya hablaremos de ello más adelante) y a horas intempestivas. Tres personas ante la pantalla. Genial. Shhhh, que empieza la película.

La primera impresión que tengo es que Alicia no me convence. Es demasiado tétrica, incluso para Burton. Esas ojeras y la palidez de su rostro... No la acabo de ver, no en el mundo en el que habita. Pero tal vez ésa sea la intención del cineasta, mostrarla como uno más de sus bichos raros, personaje extraño para aquellos que le rodean, cercano para aquellos que espiamos a través de la pantalla. El caso es que a mí me deconcierta y desconcentra pero bueno, tal vez el problema sea mío. Sin embargo, el trabajo de Mia Wasikowska no me disgusta y está bastante creíble en todo momento, con la cara de extrañeza que se supone debe tener una joven que no recuerda nada de su periplo previo por el País de las Maravillas.






Mia Wasikowska a punto de entrar en un mundo más real de lo que pudiera parecer.



Pero déjenme un momento, que cuelgo el cartel.

Atención: SPOILERS.

Gracias. Ya estoy con ustedes de nuevo. He dicho periplo previo, sí. Parece ser que Mr. Burton no deseaba hacer un remake de la película homónima realizada por Disney en 1951, aquella que todos conocemos y con la que, seguramente, hemos ido al cine a ver esta nueva versión del texto de Lewis Carroll. Así es y el guión recoge el mencionado texto que inspiró a la factoría de sueños, la segunda parte del mismo, Alicia a través del espejo, y otros textos del escritor, como el denominado "poema sin sentido" Jabberwocky. Con todo este material la historia se modifica sustancialmente, lo cual es todo un acierto por parte de Linda Woolverton, guionista del film. Sin embargo, toda adaptación, y más si se trata de un texto ciertamente extenso (o varios, como es el caso), conlleva una serie de problemas más o menos disculpables. Pero en este caso no lo son.
Vayamos por partes.

La película comienza con una Alicia de 19 años, una novedad interesante como ya veremos, condenada a llevar una vida convencional en una sociedad opresiva. Pero se trata de una joven diferente y por eso será la elegida para luchar en una guerra que es más suya que la propia.
Todo esto es nuevo para el espectador pero es interesante. ¿Qué sucede con Alicia cuando crece? Lo normal sería que, como Wendy, perdiese la inocencia y con ella la magia; afortunadamente no es así y es capaz de volver al mundo que la dejó marcada de una forma inconsciente,y recuperar parte de lo olvidado, ahora para siempre jamás.




Alicia recién llegada a un mundo que cree soñado.



Tenemos los elementos esenciales para rearmar la historia: el conejo blanco vestido de gala, pegado a un reloj de bolsillo, corriendo como alma que lleva el diablo con la consabida frase en los labios: "¡Llego tarde, llego tarde!", la madriguera que se convierte en surreal túnel, la sala con las puertas y los alimentos modificadores de talla. Es en este momento cuando la edad se convierte en un factor importante porque no es lo mismo que el vestido se le quede pequeño a una niña que a una joven mayor de edad. Antonio Jesús Navarro ("Fantasía y feminismo", en Dirigido por... nº 399 / Abril 2010) comenta este aspecto de la erotización, en cierto modo, del personaje. Y es que ahora vemos a una Alicia acosada por Stayne, el lugarteniente de la Reina Roja, y románticamente deseada por El sombrero loco. De ahí la importancia de que la actriz sea mayor de lo que se describe en los libros de Carroll. Los tiempos cambian, vaya que sí (no hay más que ver el cuidado que se pone en el vestuario excesiva e innecesariamente cambiante de la protagonista).

A partir de ese momento es cuando la historia empieza a tomar cuerpo (el prólogo resulta un tanto insustancial) y es cuando una servidora entra en un estado de saturación importante. Sucede que el espacio imaginado por Burton resulta demasiado barroco, recargado en exceso y, en ese marco, somos llevados a un ritmo vertiginoso de una situación a otra sin respiro y sin profundización alguna. Me explico: la impresión que tengo al ver la película es de un bonito y adornado envoltorio que recubre una caja vacía; pasamos de un personaje a otro con prisa, sin la menor intención de ahondar en el carácter de los mismos. Esto hubiera sido lo acertado y es por ello que la carencia más grande de que adolece el film es el guión. Un totum revolutum de pequeñas historias y personajes que podrían estar bien tramados, que podrían ofrecer un significado profundo para el espectador y que se queda en mera guerra buenos vs. malos.

Y ni siquiera consigue esta premisa porque podemos comprobar cómo la cabezona Reina Roja no es tan malvada como debiera y la Reina Blanca delega las maldades en otros, como si de un coloreado Poncio Pilatos se tratase. Porque si se trata de hacer una versión para adultos hagánla con todas sus consecuencias y si hay que mostrar la maldad dejen que se vea un ajusticiamiento o algo similar, ¿no creen? Las medias tintas no suelen funcionar y parece ser que así es en este caso.
¿Cuál es el problema? El problema es la ambición de querer llegar al mayor número de espectadores (niños, mayores, jóvenes palomiteros, seguidores burtonianos, excépticos del cine del tétrico cineasta - los cuales se habrán quedado a gusto, sin duda - ...) sacrificando lo que sea necesario con tal de hacer caja y aumentar números. La misma premisa que se esgrime al pretender exhibir en 3D una película hecha en 2D. ¿Era ésto necesario? Tratar de cabalgar la misma ola que James Cameron con Avatar (no puedo hablar de ella y creo que nunca lo haré) no es la mejor solución; no olvidemos que un espectador defraudado es un espectador perdido para futuras ocasiones.

Está claro que Tim Burton ha vendido su alma al diablo (¿Avril Lavigne?), ha vuelto a esos orígenes que tan poco apreciaba (sus inicios en Disney son interesantes y, probablemente, los causantes de que su cine haya discurrido por los derroteros por los que ha ido. Hasta hace bien poco) y el resultado no es satisfactorio (y miedo me da lo que puedan hacer con Frankenweenie).




Johnny Depp caraterizado como El sombrerero loco (¿un remedo de Madonna?).


Pese a todo, he de reconocer su buena mano a la hora de dirigir actores como los destacables Johnny Depp y Helena Bonham Carter, que logre integrar de forma bastante acertada animación y actores reales, aunque a Alicia a veces se la vea mirar hacia el infinito, y al escoger, una vez más, al genial Danny Elfman para recrear un mundo fantástico con su magnífica banda sonora. Pero, insisto, el desarrollo de personajes como El sombrerero se queda corto y creo que hubiera sido muy interesante analizar con mayor profundidad la alucinada personalidad de este ser del cual no sabemos nada. Limitar de semejante forma el siempre maravilloso trabajo de Depp es como tirar un millón de euros a la basura y ya que estamos por la labor de innovar y salirnos de las pautas popularmente establecidas seamos rebeldes de verdad y con todas las consecuencias (últimamente parece que sólo demande valentía. Será porque hace falta, y mucho, creánme señores).
Jabberwocky sí pero dramón sombreril también.
He dicho.

11 comentarios:

Austrohúngaro dijo...

¿Has visto "Las Crónicas de Narnia"? ¿Soy yo el único al que le parece que el guión de "Alicia..." sigue exactamente el mismo esquema de esa otra producción Disney? Todo queda en casa.
Lamento que no te gustara, pero te recuerdo que yo intenté advertírtelo.
P.D. Yo también creo que Avril Lavigne es el demonio

bolboreta dijo...

Pues no la he visto pero ahora seguiré tus consejos y la pondré en la lista de nunca jamás (perdona pero tenía que verlo con mis propios ojos).

Un besote.

krisish dijo...

Todas las críticas la ponen fatl, no hay nadie que me la ponga bien y yo... le prometí a mi madre llevarle a verla... Aguantaré estoicamente

Anónimo dijo...

Mi experiencia con Alicia la verdad es que fue rara. Salí del cine con la sensación de habérmelo pasado bien, pero después pensando en casa me quedé con la sensación de que en realidad no había visto nada que no hubiera visto mil veces ya. Me dejé engañar por las tres dimensiones, reí las gracias de la liebre y la reina roja, y poco más. Después tuve una sensación de vacío enorme, como tras haber disfrutado un placer pasajero que después descubres que no ha aportado absolutamente nada a tu vida. Y es que la película es mero palomiterismo sin sustancia ninguna. Ni siquiera me impresionó demasiado la dirección de arte ni su estética para lo que se esperaba.

Un saludo.

bolboreta dijo...

Pues si conseguiste disfrutarla en el cine me alegro. Eso que te llevas.
¿Así que las 3D funcionan a ese nivel? ¿Gana la peli algo al ser visionada así?

Saludos y seas bienvenido, miblogdecine.

Diana Garcés dijo...

En cambio para mi lo peor de “Alicia en el país de las maravillas” fue Alicia misma, que china tan sosa y desesperante, parecía que no tuviera alma, carisma, actitud, personalidad, es que podría hacer algo más que mirar como una tonta, por Dios es que provocaba darle un golpe a ver si reaccionaba. Para mi si no fuera por Johnny Depp, Helena Bonham Carter, los gemelos y el gato, esa película hubiese sido una tortura total, cosa que es, aunque mi hermano me hablo maravillas de ella y no por eso me anime a verla, ni tampoco por lo malo que ya había leído, ni porque Burton fuera el director (eso la verdad, me da lo mismo), sino porque sencillamente lo que es una obra maestra para ti, para mi puede ser la peor chapuza de la vida, no todos pensamos igual, gracias a Dios. Pero después de verla me sorprendió algunas críticas que leí que decían: “como siempre el maravilloso Tim Burton se salió con la suya…” :S estafar a la gente sería, porque yo a esto no le vi nada de enseñanza, ni efectos sorprendentes, ni nada que fuera para repetir algún día, me sigo quedando con la versión original de 1951, que recuerdo haberla visto por lo menos cada año durante unos 10 años de mi vida juvenil.

PD. Comparar esto con Narnia es un crimen, personalmente me quedo mil veces con Narnia sin dudarlo, es mucho más entretenida, divertida y al menos los personajes principales (comparados con Alicia) no son tan sosos :)

bolboreta dijo...

A veces creo que críticos y espectadores vemos películas distintas (incluso, siendo crítico yo misma, creo que me ponen otra peli distinta). Pero es como tú bien dices, Dimiga, lo que a uno le gusta no tiene por qué gustarle al otro. Ahí está lo bueno ;-)
Seas bienvenida.
Saludos.

bolboreta dijo...

Acabo de caer en la cuenta de quién eres, Dimiga ;-)
Gracias por pasearte por mi casa.
Saludos de nuevo.

David dijo...

De acuerdo.

Al fin y al cabo (aunque en este caso podría decir perfectamente, de cabo a rabo), la película es un producto, y uno en el que particular había mucha pasta involucrada. “¿Y qué pasará si a las nuevas generaciones no les llama la atención Alicia? - Ponemos un pibón enseñando un poco de tetas, ¿Y qué pasa si un ajusticiamiento con todas las de la ley? - No, no, la clasificación sería para adultos y el mercado se reduciría”.

No sé, me pongo a pensar en este dialogo imaginario que los productores/empresarios habrán tenido con muchas y otras cuestiones. Es triste, pero, la mayoría de las superproducciones son así; mucha pasta, muchas limitantes.

Miguel Ángel Suvires dijo...

Odio el cine en tres dimensiones ^

bolboreta dijo...

¡Jajajajajajaja! Yo no sé si diría tanto, Suvi, pero por el momento me cuesta mucho digerirlo.

¡Gracias por venir! ^^ XD