C.R.A.Z.Y. (JEAN - MARC VALLÉE)

¡Por fin he podido ver C.R.A.Z.Y.! La verdad es que tenía mucha curiosidad por ver este film canadiense del que tanto se ha hablado. Vallée, su director, nos cuenta la historia de Zachary, el cuarto de cinco hermanos (o mejor dicho, el séptimo, por lo que será agraciado con el don de la curación, simplemente con pensar en la persona herida. Reminiscencia cristiana? Claramente!), que es incapaz de aceptar una homosexualidad que, en los años 70 se veía como una enfermedad por un determinado sector de la sociedad conservadora (es decir, por mucha gente).
Parece ser que la historia está basada en hechos reales, o por lo menos inspirada, ya que el co-guionista pertenece a una familia de cinco hijos, y alguna de sus vivencias sirvieron para llevar a cabo el guión de la película.
Con una puesta en escena marcada por las tendencias en moda de los años 60, 70 y 80, ayudada por la música (las siglas, hechas con la inicial de los nombres de los cinco hijos responden al disco favorito de padre, Crazy), las dos horas y pico que dura se hacen llevaderas, con una historia que seguro fue la de muchos, pero que, a mi parecer, se centra demasiado en la excusa de la religión. Los Cristos se suceden una y otra vez, como guardián de la compostura en una familia que no logra ser perfecta, y ya la repera es cuando el hermano yonqui y recién fallecido se aparece como un resucitado en el desierto (esta parte de la huída a Jerusalén es lo peor del film).
En general, la peli es interesante, con referencias a Léolo y a Amelie. Para mí, una de las mejores escenas es cuando Zachary se abstrae cantando Space Oddity, de David Bowie. Es una canción que pone los pelos de punta, y que trataré de conseguir, porque no la conocía y me encantó (Bunbury, que se te ve el plumero!).