domingo, enero 25, 2009

MY BLUEBERRY NIGHTS


Un caleidoscopio de imágenes preciosas, tramadas esta vez con mucho diálogo. Esa es la conclusión que se extrae del visionado de My blueberry nights (2008), la última película de Won Kar - wai, rodada esta vez en EE. UU. y con actores norteamericanos.
He leído en alguna parte que se trata de un traslado de su imaginario particular al mundo yankee, lo que supondría una pérdida de identidad para muchos. Sin embargo yo no considero este viaje transoceánico de forma tan pesimista ya que, a juzgar por lo visto en la gran pantalla, el cineasta no ha vendido su alma totalmente.
El realizador chino conserva ese aura de misterioso esteta que decide sacrificar todo (o casi todo) en favor de la imagen preciosista. Y digo casi, porque es aquí donde radica la diferencia con respecto a su cine anterior (especialmente en comparación con joyas como 2046 - 2004), en la inclusión de los diálogos, unas palabras, prácticamente inexistentes con anterioridad, que ahora condicionan el devenir de la historia. No podría ser otra la concesión hecha a los americanos.
A pesar de ello, la película funciona bien, hasta el punto de lograr que el espectador se deje arrastrar por la tierna historia, por la voz de Norah Jones o del gran Otis Reading (no hay color, qué quieren que les diga, señores), por las actuaciones excelentes, una vez más por las imágenes que se congelan por momentos al tiempo que los alientos en el frío neoyorquino.
Una sale del cine con buen ánimo, con ritmo en el cuerpo, satisfecha por varias cosas. Me gustan las imágenes sublimadas con las letras de colores (esos momentos en la cafetería de Jeremy... Quisiera que la historia no hubiera salido de ahí en la hora y media que dura la película), me gustan los actores (Jud Law, cuando hace de canalla, seduce hasta límites insospechados, pero cuando hace de buen tío, sensible y detallista, es tan, tan, tan... ¡Qué me lo envuelvan que me lo llevo! Y qué decir de Rachel Weisz y Natalie Portman. Ambas emanan tanta fuerza que devoran la pantalla y a la propia Norah Jones, una colegiala ñoña a su lado), me gusta la música...
Y, aunque me sobre la historia de la jugadora Leslie, porque supone una ruptura dramática con el resto del film, me gusta la última de Kar - wai, what the hell!

5 comentarios:

Unknown dijo...

pero que bien lo expresas

ana dijo...

Has quitao los cículillos del fondo? y eso? besico

bolboreta dijo...

Problemillas técnicos con los estilos de la plantilla. Pero casi me gusta más ésta, así destacan más las imágenes.

Mira a las dos Anas, qué lectoras más fieles.

Besazo para las dos. ¡Muack!

Anónimo dijo...

¡Hace cuánto que no sabía de ti!
Pero tengo una pregunta: ¿Qué rúa es esa de la que me hablas? Aarón me ha prometido recomendarme una taberna de fado en Lisboa. Prométeme tú una calle ¿de dónde?
Un abrazo muy fuerte,
Iban

Anónimo dijo...
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