Un año más ha llegado el mes de Agosto, a la chita callando y nos ha pillado por sorpresa, con su frío invernal. No hay de qué preocuparse, con los libros de Truffaut y Bradbury podemos hacernos una buena hoguera y de paso iluminar a los peces que se amontonan, cada uno en su estanque.
Como el tiempo no acompaña se prevé que será necesario cantar bajo los paraguas de Cherburgo, y eso si la tierra de España no tiembla, como hace dos semanas. Paseamos bajo las estrellas, que un buen día (y noche) lo tiene cualquiera, pero nos asombramos con el asalto a la comisaría. Creo que el verdugo va a tener trabajo este Agosto.
A pesar de los rumores que corren por ahí, el amor no es triste por muchas cartas que reciba Berta, y si no que se lo digan a la Dama de Shangay, que vende rosas en los dominios del dios médico.
Pero a este dios le queda poco y, como al resto, le llega su crepúsculo anunciado. Pronto nos despediremos con tristeza algunos, con pena otros y, los menos, con alivio. Yo desde mi atalaya cibernética, desde la que se adivina la rodilla de Clara y la cara (binera) de asombro de Miguel Ángel, sólo puedo escribir estas palabras:
Gracias por estos meses!
(Y los que vendrán).
2 comentarios:
darling que poetica en Valladolid, donde nos conocimos y donde nuestra amistad anció en una habitación de residencia tiempo a través.
No hay mejor modo de resumir lo que está dando de sí este mes de agosto en Pucela, y qué frío madreeee!!!!
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