jueves, abril 19, 2007

DE TODO UN POCO




¿Qué sería de nosotros en un mundo sin libros? Se concibe una sociedad en la que los bomberos dejan de ser nuestros héroes para iniciar una persecución de pesadilla contra los pocos valientes que pretenden defender sus ideales? Esto es lo que nos narra Farenheit 451, excelente película del gran François Truffaut relizada en 1966, con un guión basado en la novela de Ray Bradbury. La historia en sí es muy interesante, y puede resultar preocupante si pensamos que cada vez se lee menos en este mundo. Con unos actores más que solventes (estupendos Oskar Werner y Julie Christie), la película cuenta una estética futurista al más puro estilo de Alphaville (Jean - Luc Godard, 1965), con esos personajes que asisten impasibles (a veces se podría decir que totalmente atontados y poseídos por las directrices de un gobierno tirano) a la destrucción de la cultura y a la pérdida de la libertad de acción y decisión.
Me encanta el color rojo que domina toda la estética del film, y destaco la escena en la que la vieja maestra decide inmolarse a lo Juana de Arco, prefieriendo perecer entre sus preciados libros antes que perder su fuente de conocimiento.
La siguiente película en la lista es la ópera prima de los hermanos Ulloa, David y Tristán, titulada Pudor, con un guión firmado por el propio Tristán, que adapta la novela de Santiago Roncagliolo. Narra la historia de una familia que a su vez está repleta de historias personales cargadas de un profundo dramatismo: los padres cuya incomunicación es más grave de lo que pueda parecer en un principio sufren por motivos muy distintos (él se muere y ella no se siente querida); la hija mayor, que sufre por una homosexualidad reprimida y los trastornos propios de la adolescencia; el abuelo, que desea recuperar el amor de juventud; y el hijo pequeño, el más feliz de todos ellos, con sus fantasmas y su cariño correspondido por su amiga. Con un trabajo actoral más que logrado (Nancho Novo está bien, pero Elvira Mínguez y, sobre todo Natalia Rodríguez, hacen un trabajo excelente. Atención con esta chica cuyo parecido con la actriz Natalia Sánchez, de Los Serrano, me tuvo loca toda la película: es ella o no es ella?), sin embargo resulta fallida en su intento de proponer una historia original e, incluso, una puesta en escena novedosa (o por lo menos eso es lo que se dice de la película en revistas como Fotogramas). No sé qué sucede con el cine español de los últimos tiempos que todas sus obras parecen iguales. No hay más que ver Mi vida en 65 minutos, El camino de los ingleses o Azuloscurocasinegro para darse cuenta de que ahora lo que se llevan son las historias deprimentes y esa estética de colores saturados en azul y verde. En otra ocasión, hermanos.
Por último, quería comentar la que me parece una gran película de época: Las amistades peligrosas (Stephen Frears, 1988). Otra adaptación de una novela, en este caso de Chordelos de Laclos, que cuenta con un reparto excepcional, incluidos los jóvenes Uma Thurman y Keanu Reeves; sin embargo, lo que realmente hace que la película funcione es el excelente trío de protagonistas: Glenn Close, Michelle Pfeiffer y mi muy admirado John Malkovich, cuya interpretación del Vizconde de Valmont es admirable. Lujo, ostentación, intrigas, secretos y traiciones se entrecruzan en la vida una sociedad clasista, la del siglo XVIII, en la que importaba más la peluca y el vestuario que otra cosa (Oscar merecido por el vestuario, además de otros dos por guión adaptado y dirección artística).
Es un film que se disfruta muchísimo, así que si no lo habéis visto...


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