
Ayer pude ver, por fin, Salvador Puig Antich, de Manuel Huerga (2006). Lo cierto es que me ha gustado la segunda película de este cineasta, hasta ahora desconocido para mí.
Es una de las tres pelis seleccionadas para entrar en la quiniela de los Oscars, y una vez vistas las tres, creo que ésta es la que merece entrar en competición, aunque soy realista, y me espero la candidatura de Alatriste (ese capitán con la bolsa llena de eiros tiene que ser rentabilizado, o no?).
Pues a lo que iba, Salvador Puig Antich nos narra la historia de el anarquista del mismo nombre que fue sentenciado a pena de muerte con garrote vil. La historia está muy bien contada, sin embargo en algunos momentos cae en el puro sentimentalismo y pierde algo de fuerza (el final con las tres hermanas, y la pequeña en el colegio se hace demasiado largo y excesivamente lacrimógeno).
Me gustan los actores (que grande Antonio Dechent), muchos sacados de esa nueva hornada que está imprimiendo un aire de frescura y renovación del plantel actoral español (que pena de Leonardo Sbaraglia, que para mi gusto no sirve para hacer un papel de duro que se vuelve blandito de repente - un fallo. Y es que rebosa ternura por todos los poros de su piel, no hay más que ver el abrazo en el que se fundió con Max von Sydow al entregarle el premio Donosti).
También me gusta la estética del film, con una luz electrizante y un aire setentero muy conseguido. Atención a la banda sonora: la primera canción pertenece a mis muy admirados Iron Butterfly (In - a - gadda - da- vida).
Puede que algunos la hayáis reconocido. Sí, es mi canción favorita del Fuzztone.
Pues eso, que os animo a ver la peli si no la hebéis visto. Aunque estad preparados, porque en algunos momentos resulta dura, y como ya digo, muuuyyy lacrimógena. Llevad pañuelos de papel!